La economía incaica


La logística económica Inca

Fuertemente sostenida por el cultivo, la economía inca era de las más avanzadas para la época.


Algunas tácticas de cultivo como la de cultivar en terrazas eran llevadas a cabo por ejemplo en el Tahuantinsuyu, estas terrazas eran una especie de escalones sobre las laderas de las montañas. La idea era la de que el agua ya viniera de lluvias, deshielo o de riego, se filtre a través de canales





llegando a los escalones superiores e inferiores para el cultivo. Este mismo suelto, era abandonado usando guano, que era excremento de aves marinas, para hundirlo en la tierra usaban una especie de palo cavador llamado azada.
Algunos de los cultivos más conocidos de hoy en día que se cultivaban en esa época son por ejemplo la papa, el tomate y la calabaza.
Sus sacrificios se realizaban con las llamas, vicuñas y alpacas que ellos mismos criaban, que además de ser sacrificios, proveían lana.
Este sistema tan complejo de organización económica se funcionaba gracias a dos principios que hasta hoy en día son reconocidos y usados como principios de organización, estos dos son la reciprocidad y el de redistribución.
La reciprocidad se basaba en la colaboración de los vecinos entre sí en las tareas de agricultura, así como en la construcción de casas de cada familia nueva, y el de redistribución se trataba de la entrega de productos almacenados en distintas zonas. De esta manera, el Inca, se mostraba ante la población como un dador de bienes y consideraba su autoridad real.
Existía también el sistema de pisos ecológicos, el cual aseguraba el máximo aprovechamiento de los recursos intercambiando las producciones de cada zona geográfica del imperio.



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